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El arte en nuestros hogares, hablemos de ello, ¡porque ahora es una realidad al alcance de la mano! Aunque sea un tema subjetivo y muy personal, el arte aporta elegancia y belleza bajo nuestro techo y en nuestra existencia. En este sentido, es posible decorar una de las habitaciones de tu casa con un cuadro de Degas. Entre el impresionismo y el vanguardismo, su estilo da en el clavo para despertar la emoción en tu hogar y en los que le rodean. Explicamos en algunos puntos por qué.

¿Qué tiene de especial un cuadro de Degas?

¿Le han maravillado los cuadros que representan a jóvenes bailarines? Lienzos que combinan el movimiento grácil de los cuerpos con la gravedad de los rostros probados por el esfuerzo… Estos cuadros de Degas sellaron su fama entre los maestros impresionistas. En una época en la que el arte trascendía la realidad sublimándola, Degas, que se definía como artista realista, ofrecía una representación concreta de la existencia. Los temas clásicos de la vida cotidiana se convirtieron en su materia: los bailes, pero también las carreras de caballos, las escenas de un café o de un burdel, el ambiente en el trabajo o la vida parisina… El artista se sirvió de la gente corriente para hacer una representación fiel del paso del tiempo y de las costumbres de sus conciudadanos.

Las particularidades de los cuadros de Degas son, pues, la vida cotidiana y el movimiento. Las figuras representadas -cuando las hay- cubren gran parte del lienzo. Estáticas o móviles, fijas o esbeltas, las siluetas atraen nuestra mirada, como una invitación a adivinar la expresión del rostro, el movimiento del cuerpo y a anticipar lo que está por venir…

Entre el realismo, el romanticismo y el academicismo, Degas construyó un estilo fácilmente reconocible, en sus cuadros de grupos o retratos individuales. Fascinado por las texturas, pintó sus cuadros con la clásica pintura al óleo antes de abandonarla por el pastel sobre lienzo. El uso del pastel, que no estaba muy extendido en la época, permitió a Degas mezclar colores y crear movimiento en el lienzo. Contemplar un cuadro de Degas es una experiencia sensorial y emocional, que compromete nuestra experiencia y nuestra imaginación.

¿Cómo elegir un cuadro de Degas para tu decoración interior?

Elegir un cuadro, que además es un lienzo de maestro, para tu decoración interior no es trivial. La obra, o las obras, que vas a elegir, va a ser parte integrante de la decoración y, por tanto, no debe desentonar con la tendencia de sus habitaciones, al tiempo que añade una nota artística sin caer en la extravagancia. Esto es algo bueno. El humor de los cuadros de Degas es vanguardista, colorista sin ser exagerado, y muestra escenas inspiradoras sobre la realidad cotidiana. El cuadro Degas Edmondo y Therese combina con cualquier forma y color de tu decoración. ¿Quién dijo que los extremos no pueden combinarse? Un cuadro de Degas es ideal para hacerte sentir emociones, para recordarte recuerdos y para darte una mirada singular sobre el mundo.

Para elegir un cuadro de Degas, hay que elegir la ubicación del cuadro adquirido, según sus dimensiones. Si se trata de un lienzo grande, lo ideal es colocarlo en medio de una pared grande. Teniendo en cuenta los estados de ánimo pintados por Degas, los personajes destacarán mejor si el centro geométrico del lienzo está a la altura de los ojos. En el caso de un cuadro de Degas más pequeño, el lienzo encajará perfectamente en una pared ocupada por una ventana o una puerta, o cerca de un mueble, para evitar que su lienzo quede aislado del resto de los muebles.

Desde el punto de vista decorativo, la conexión entre el cuadro y la pared será aún más armoniosa si la pared está pintada en un color que ofrece tonos complementarios al lienzo. Por ejemplo, los tonos pastel de las obras de Degas tendrán dificultades para satisfacer una pared con tonos eléctricos o chillones. Es mejor utilizar tonos neutros. Si su cuadro se cuelga en una pared de color, sólo ganará en intensidad y profundidad. El recuerdo de los colores entre el cuadro y la pared ofrecerá una hermosa complementariedad. Y el fondo de la pared realzará el cuadro si es un fondo liso, ya sea blanco o de color. Naturalmente, un cuadro de Degas es incompatible con un papel pintado estampado… ¡fracaso decorativo garantizado!

¿En qué habitación(es) se puede colgar un cuadro de Degas?

Es el tema del cuadro el que le guiará en la elección de la habitación en la que instalar su lienzo. Y a la inversa, descubrirás que ciertas habitaciones de tu casa se prestan más fácilmente a una decoración que incluya un cuadro de artista.

Por ejemplo, la famosa “Clase de baile” (1873), un óleo sobre lienzo de Degas. El cuadro no ofrece el espectáculo de una actuación general, sino la vida cotidiana de las bailarinas durante una sesión de entrenamiento, entre el esfuerzo y el descanso. El mundo de la danza, a veces fantaseado, aparece aquí como una escena muy realista y básicamente normal, con sudor y lágrimas. Este cuadro es una decoración perfecta para un salón, sobre un fondo liso, encima de un sofá o en una pared desnuda: da al ambiente una calidez suave, sin excesos, que atrae la mirada y suaviza la atmósfera. Otros cuadros decorarán las habitaciones de la casa: los caballos, o la Niña de rojo pueden sublimar -por sus tonos pastel- un interior con una decoración sobria, incluso depurada. Los dormitorios no se quedan fuera, porque estos cuadros también pueden inscribir su poder vanguardista en el lugar donde se duerme, como muchos centinelas del descanso de los mayores… o de los pequeños.

¿Se puede colgar un cuadro de Degas en la habitación de un niño?

El dormitorio de los niños suele ser la ocasión para que los padres concreten sus deseos de colores, formas y volúmenes. ¿Es relevante insertar un cuadro de Degas? Digámoslo de forma sencilla: sí, es posible aunque no todos los cuadros del maestro se presten a ello.
Si estás pensando en decorar la habitación de los niños con un cuadro de Degas, el ideal sigue siendo el Cuadro de Degas la clase de baile. Las escenas de bailarinas encontrarán fácilmente su camino. El caballo también, ya que estos cuadros ofrecen perspectivas que están de alguna manera vinculadas a la infancia. Los retratos son más propensos a encontrar un lugar en la sala de estar, o en la entrada de la casa.