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¿Cómo elegir un cuadro zen para tu decoración interior?

Sea cual sea la habitación en la que desees instalar un cuadro Zen, uno de los primeros puntos que debes tener en cuenta a la hora de elegir tu cuadro es su tamaño.

Como hay varios tamaños de cuadros, toma las medidas de las paredes de la habitación o habitaciones que quieres decorar, para asegurarte de elegir un cuadro que encaje perfectamente en tu decoración interior.

Hay cuadros “sencillos”, de una sola pieza, que se pueden encontrar en diferentes tamaños y formatos: vertical u horizontal.

También puedes encontrar trípticos, es decir, cuadros en tres partes, que le permiten ocupar aún más espacio y decorar la habitación a tu gusto jugando con los volúmenes, las ubicaciones y las formas para crear un ambiente único.

Ten en cuenta también los materiales y colores que se utilizan en tu interior para elegir los de tu cuadro: blanco, negro y verde son los tonos más comunes en los cuadros zen. En la medida de lo posible, la pintura debe combinar con el resto de la decoración de la mejor manera posible.

Si tu interior ya está compuesto mayoritariamente por materiales como la madera, el ratán o incluso el algodón, conocidos por su lado crudo y que promueven una atmósfera zen, la mayoría de los cuadros zen combinarán perfectamente con tu decoración.

¿Qué representa una pintura Zen?

Un cuadro es un elemento decorativo esencial para aportar un toque de originalidad y color a su interior. Un cuadro zen no es una excepción a la regla, ya que su función principal es decorar una habitación.

Pero no olvidemos la segunda función, igualmente importante, de un cuadro zen: la relajación. Como su nombre indica, este tipo de pintura se elige por sus motivos y colores que conducen a la relajación y el relax.

Los colores pueden ser múltiples, pero los que se deben favorecer serán los colores neutros como el negro, el blanco, el beige o los colores que hacen referencia a la naturaleza como el marrón o el verde.

En cuanto a los patrones, son tan diversos como personalizables:

  • Vegetación: plantas, árboles, etc. Para aportar un poco de verdor en un mundo cada vez más industrializado, es importante reverdecer el interior. Las pinturas zen suelen representar flores de loto, bambú, bonsái u otras plantas pequeñas, con tonos siempre muy suaves y mucho verde.
  • Naturaleza: siempre con el mismo espíritu, podrás encontrar muchas imágenes de bosques, guijarros, pero también cascadas, que simbolizan la fuerza y el oxígeno de la naturaleza, que siempre proporciona mucha relajación.
  • Buda: símbolo por excelencia de la meditación y la relajación, Buda es uno de los pilares de la decoración zen, presente no sólo en la escultura, sino también en muchas pinturas.
  • Mandalas: imágenes de unidad y símbolos de la vida en varias religiones, los mandalas tienen líneas limpias y suaves que invitan a relajarse.

Todavía se pueden encontrar otros motivos, como símbolos de aum, como el cuadro de aum dorado (un símbolo sagrado del hinduismo) o cuadros que representan los siete chakras, de nuevo para aportar un toque algo más espiritual y zen.

¿En qué habitación(es) se puede poner un cuadro zen?

Aunque puedas poner un cuadro zen en todas las habitaciones de tu casa, hay que favorecer algunas: el salón y los dormitorios.

Será interesante decorar tu salón con un cuadro zen para convertirlo en un auténtico capullo y en un verdadero refugio de paz. Como el salón es un lugar donde nos reunimos a menudo con la familia o los amigos, es bueno aportarle ese toque de serenidad que proporciona un cuadro zen.

En cuanto a los dormitorios, son los lugares perfectos para una atmósfera zen: al ser las habitaciones en las que la relajación es más importante, decorar tu habitación con cuadros zen es una muy buena idea.

En cualquier caso, la combinación de colores, patrones y materiales utilizados en tus cuadros zen y en el resto de la decoración de tus habitaciones te dará la sensación de relajación y paz que buscas.

¿Se puede poner un cuadro zen en la habitación de un niño?

Decorar la habitación de tu hijo pequeño puede ser un verdadero quebradero de cabeza, pero un cuadro zen será sin duda un toque original y relajante.

Dado que el dormitorio es uno de los lugares preferidos para la decoración zen, no hay que descartar el dormitorio de tu hijo: introducir una decoración que le permita relajarse y desconectar seguramente ayudará a favorecer que se duerma, sobre todo si el resto de la decoración (colores de la pintura o del papel pintado de las paredes, materiales utilizados en la habitación) favorecen un ambiente zen.

Para no olvidar el lado “lúdico”, ¿por qué no favorecer las pinturas zen que representan mandalas para la habitación de tu hijo? Gracias a sus formas redondeadas y a la diversidad de los pequeños elementos que las componen, pueden ayudar a tu hijo a despertar la belleza de las formas y los dibujos.