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El arte abstracto es un movimiento pictórico que apareció en el siglo XX. En una ruptura total con la representación concreta de la realidad, ofreció un nuevo impulso en el mundo de la pintura. Vassily Kandinsky firmó su debut con una acuarela compuesta únicamente por colores planos y líneas.
Desde entonces, la abstracción se ha globalizado en gran medida y se invita regularmente al mundo doméstico.
¿Qué caracteriza a este movimiento pictórico y cómo puedes adoptarlo en tu decoración del hogar? Aquí tienes una descodificación y consejos para familiarizarte con el arte abstracto.

¿Cuáles son los principales principios del arte abstracto?

El arte abstracto, una de las principales corrientes del siglo XX, nació en la década de 1910. En completa disyunción con la pintura figurativa occidental que la había caracterizado desde el Renacimiento, impulsó una nueva visión. Ya no se trataba de representar la realidad, sino de dar cabida a la emoción del artista. La abstracción atravesó este siglo con grandes nombres de la pintura como Kandinsky, Kupka, Delaunay o incluso Mondrian. Al mismo tiempo, con diversos estilos y diferentes horizontes, los pintores abandonaron la figuración y se alejaron del tema. Hasta entonces, el tema había sido central y daba a un cuadro una cierta forma de narración.
Ya no son los objetos representados los que se inspiran en la realidad, sino una interpretación del mundo interior del pintor. El arte ya no es la reproducción exacta de la realidad, sino que ofrece un nuevo campo de posibilidades. Lo reconocible y concreto da paso a una visión más subjetiva que no se basa en ningún precepto. Es una cierta forma de libertad que nace, en contradicción con los valores representativos de la pintura desde su origen. Al jugar con las formas, los rasgos o incluso el color, la obra existe por sí misma. Se trata, por tanto, de una forma expresiva salpicada de diversos simbolismos. Desde sus inicios, el arte abstracto ha evolucionado ampliamente y se ha extendido por todo el mundo hasta convertirse en un elemento central del mundo contemporáneo.

¿Cómo interpretar el arte abstracto?

A la diferencia de un cuadro que representa un paisaje o una figura, el arte abstracto es intrínsecamente indefinible. Su subjetividad lo hace singular. Como su fundador ruso, Vassily Kandinsky, lo expresó perfectamente: “El artista es la mano que mediante el uso adecuado de este o aquel toque pone en vibración el alma humana”.
Una obra existe por sí misma. Ni figurativa ni narrativa, la pintura abstracta revela, pero no da ninguna clave de interpretación. Cada persona es libre de asociar a ella los sentimientos que desee. Jugando con las líneas, las formas y los colores, da rienda suelta a la imaginación. La abstracción, por su alejamiento del mundo visible, ofrece así una visión más íntima, original, que está en desacuerdo con el mundo real. En contraste con el arte tradicional que imita la naturaleza, una pintura abstracta abre un acceso a representaciones más inconscientes y personales. Esto hace que sus interpretaciones sean diversas. Lo principal es sentir y dar rienda suelta a las emociones que estimula una obra abstracta. Sentarse frente al cuadro y dejar que afloren los sentimientos que despierta sin reprimirlos permite que surja la esencia del cuadro. Además de dar un toque original, un cuadro abstracto puede alimentar a menudo los debates. Es probable que se hagan comentarios durante una cena. Cada persona hará una interpretación libre y subjetiva basada en sus sentimientos, pero también en su experiencia.

¿Cómo elegir un cuadro abstracto para tu decoración interior?

Hay diferentes tipos de compra. Si se trata de una compra “coup de coeur”, lo mejor es colocar la nueva adquisición en la habitación principal. El objetivo es disfrutar al máximo. Si no encaja con los demás elementos de la habitación, debes asegurarte de encontrar un lugar de elección para destacarlo: una sección de la pared lo suficientemente despejada como para dejarlo al descubierto. La compra también puede ser más razonada. La idea es colocar un lienzo que se integre perfectamente en el resto de la habitación. A la hora de elegir un cuadro abstracto hay que tener en cuenta dos criterios esenciales. Por un lado estar en armonía con el estilo y el color de su interior. Esta obra maestra tendrá que ir a juego con la decoración interior y aportar un toque de modernidad y originalidad. Para no equivocarse, hay que tener en cuenta el mobiliario en general y los colores dominantes. Un consejo, por ejemplo: un lienzo de color claro quedará mejor en una pared oscura. Lo contrario también funciona. Los colores, por tanto, impulsarán el ritmo: el lienzo debe ser el toque extra, el que dinamice el conjunto y lo haga único. El tamaño también va a ser primordial. Un formato grande encaja en una habitación grande y le da profundidad. Los formatos más pequeños estarán más reservados para las acumulaciones. Al igual que las pequeñas colecciones, pueden combinarse, combinarse y darse ritmo. Lo principal es dejar fluir tus emociones. El arte abstracto funciona con este modelo. Jugar con los colores, crear estilo y personalizar el propio interior con un toque moderno y original, tales deberían ser los efectos de un cuadro abstracto.

¿En qué habitación(es) puedes poner un cuadro abstracto?

Un cuadro abstracto dará vida a una habitación. Esta pieza, un activo importante en el diseño de interiores, sublima y revela a través de su desenfado y singularidad. Su elección resulta especialmente idónea en una decoración más bien neutra. Al jugar con las formas, las líneas y el color, un cuadro abstracto da ritmo y dinamismo a una habitación que carece de ánimo. El lugar más habitual para un cuadro abstracto es el salón, pero no tiene por qué ser sólo para allí. Además de dar vida al espacio, su presencia marca el tono y revela la personalidad del comprador. Todas las habitaciones de la casa pueden estar salpicadas de toques originales y modernos si se eligen con impacto. Tanto si el cuadro es de inspiración geométrica, gráfica, cubista o surrealista, una obra de arte abstracta puede encajar en cualquier zona del hogar. La clave es tener en cuenta el espacio, la luminosidad y el estado de ánimo general. El arte abstracto apela sobre todo a los sentidos y las emociones. Al jugar con los contrastes un cuadro abstracto da más vida al interior y le aporta un toque de modernidad y exotismo.

Por lo tanto, para elegir un cuadro abstracto, hay que escuchar las emociones y los sentidos. Sobre todo, debe resonar y provocar sensaciones. Su interpretación es íntima y profunda. Permite extraerse del mundo real para dejar espacio a lo imaginario y a la fantasía.